Las reglas de Hamburgo son el marco normativo a partir del cual se rige el transporte marítimo internacional. En este artículo se explica la génesis de este acuerdo, así como su desarrollo histórico y aplicación práctica.
Un acuerdo para regular el comercio marítimo
Si bien hoy se asume que el transporte internacional de mercancías se realiza mayoritariamente por vía marítima, no fue hasta 1978 cuando, gracias a la mediación de la ONU, se establecieron unas reglas comunes. Las reglas de Hamburgo son un convenio que regula el tráfico marítimo de mercancías y son la referencia en caso de conflictos internacionales.
Desarrollo histórico
Aunque el convenio se firmó en 1978, no entró plenamente en vigor hasta noviembre de 1992, siendo a partir de entonces vinculante para todos los Estados miembros. En 2008 se firmó un nuevo convenio, las reglas de Rotterdam que amplían lo dispuesto en Hamburgo y que entraron en vigor en 2009.
Sin embargo, como las reglas de Rotterdam no han sido ratificadas por un número de Estados suficientes, la legislación internacional marco sigue siendo la que se estableció en Hamburgo.
¿Qué tratan?
Las reglas de Hamburgo regulan varios aspectos relacionados con el transporte marítimo. Hablan de los documentos que hay que incluir en toda expedición internacional, de las obligaciones del porteador y del cargador y, finalmente, establecen vías para reclamar daños y perjuicios.
En caso de conflicto entre dos Estados, se podría invocar este convenio como fuente legal y, de hecho, es lo que se suele hacer en cuestiones de comercio marítimo internacional.
En definitiva, las reglas de Hamburgo han servido para dar seguridad jurídica en un mundo como el de los transportes marítimos, que la necesita. La complejidad de los procesos de ratificación ha hecho, sin embargo, que la adopción de las mismas fuese más lenta de lo deseable.