El transporte de mercancías a Canarias es uno de los pilares indiscutibles de la vida en las Islas. Todos los sectores económicos del archipiélago dependen, en última instancia, de esta actividad. Sin soluciones logísticas, las islas perecerían cómo los galos tras el bloqueo de recursos al que Julio César los extenuó y venció. Sin embargo, su situación geográfica genera no pocas dificultades para establecer relaciones comerciales duraderas y sólidas con los clientes.
Los retos logísticos en Canarias
El pasado marzo varios expertos del sector logístico reivindicaban la necesidad de agilizar la burocracia relativa a la recepción de mercancías. A modo de ejemplo del estado de la logística en Canarias, valga señalar la apreciación del secretario general de la Asociación Canaria de Supermercados, Alonso Fernández. En su intervención explicaba el modo en que las necesidades de los 700 establecimientos miembros requieren una logística de mayor alcance y capacidad para satisfacer la demanda de las Islas.
Y es que la logística en Canarias centra buena parte de sus esfuerzos en sortear la dificultad intrínseca a su condición de archipiélago. Entre los factores condicionantes de las operaciones destaca, en primer lugar, el tiempo de envío, que depende al mismo tiempo del tipo de transporte empleado. Por una parte, el avión es la opción más rápida —alrededor de 24 horas o incluso menos— pero la menos económica. Por otra, el barco es más barato, pero su travesía puede dilatarse durante 4 días laborables. Una vez en Gran Canaria o en Tenerife, si la mercancía está destinada a cualquiera del resto de islas, hay que sumar el tiempo correspondiente, es decir, alrededor de 24 horas más. En cualquiera de los casos, el cliente ha de pagar un sobrecoste que a veces llega a superar el precio del producto adquirido, cosa que pone a las empresas en la tesitura de tener que renunciar a una entrega.
Soluciones para hacer la cadena de suministro en Canarias más eficiente
Pero como reza el adagio, a grandes problemas, grandes soluciones. Una de las más practicadas por las empresas del sector es la de la creación de un stock en cada isla capitalina. Esta es una medida que reduce drásticamente el tiempo de entrega y el coste del envío. También disminuye los impuestos de aduanas, sobre todo el famoso Documento Único Administrativo.
Además, esta alternativa mejoraría sobremanera la gestión de los procesos de logística inversa, concretamente los relativos a la devolución de productos. Conviene no olvidar que esta es una condición indispensable para satisfacer y fidelizar clientes. Así, la creación de grandes stocks en el mismo archipiélago o tener socios logísticos con sede en el mismo, son claves. En pocas palabras, el hándicap que supone la óptima realización de la logística inversa se vería ampliamente superado, y esto también generaría innumerables puestos de trabajo.
Conclusión
En definitiva, la logística canaria debe buscar nuevas estrategias para hacer frente a una demanda que será previsiblemente más grande en el plazo de pocos años, a pesar de la crisis económica acarreada por el covid.