El transporte internacional de mercancías aún sigue siendo, en gran medida, transporte marítimo, por lo que la existencia de contenedores especiales para este tipo de negocios es tan importante como la propia materia transportada.
No se ha de pensar, bajo ningún concepto, que estos contenedores son iguales que los del transporte terrestre. Lo cierto es que el transporte internacional de mercancías está tan especializado, hoy en día, que no se puede concebir, si no es con estructuras muy concretas para cada situación. En el caso de los contenedores marítimos, éstos pueden estar fabricados en madera, acero, aluminio, fibra de vidrio o plástico reforzado (depende del tipo de material y del uso posterior que se va a hacer de dicho contenedor). Esta composición es importante, incluso, a nivel legal, ya que hay ciertas mercancías que, según los tratados internacionales, tienen que transportarse de una forma muy concreta. Esta modalidad depende, igualmente, de la forma de transporte, ya que no es idéntico el contenedor que va en un camión completo de mercancías o el que va por mar.
En lo que sí coinciden todos los contenedores es en sus partes esenciales, que son cada una de las caras de la forma cúbica que suelen tener estos contenedores, es decir: el lateral derecho, el lateral izquierdo, el frente, el fondo, el piso y el techo. Además de esta estructura, se pueden encontrar otros elementos que ayudan a conjuntar toda la estructura, como los postes de esquina, los travesaños superiores e inferiores, los largueros laterales, los esquineros, las cuadernas o travesaños del piso o el túnel. A todo ello hay que añadir bisagras, manijas de cierre y múltiples elementos de seguridad que impedirán que los contenedores se abran en un momento inadecuado. Por lo tanto, eficiencia y seguridad van de la mano en los contenedores fabricados según los estándares internacionales.