Todo producto pasa por una serie de procesos antes de que las empresas de transporte lo pongan en las manos del consumidor. Ese camino ha cobrado una gran importancia tanto para las empresas implicadas como para los clientes.
El concepto de trazabilidad
La trazabilidad es el largo viaje del producto; desde que se ensambla su primera pieza hasta que llega a casa del cliente. Algunos van más allá e, incluso, incluyen la procedencia de sus distintos componentes. Las empresas de logística toman partes importantes del proceso, pues lo almacenan y lo trasladan entre los diferentes eslabones de la cadena.
El objetivo de la trazabilidad
El objeto del concepto es dar respuesta a todos los interrogantes que surgen de los procesos de creación y distribución del producto. Por ejemplo: ¿de qué fábrica vienen los componentes? ¿Con qué medios de transporte se ha movido? ¿Por cuáles empresas de logística ha pasado? Todas las respuestas implican; para las empresas, mejorar el producto; y para los clientes, una mayor transparencia.
En todos los tramos de la cadena, el producto va dejando una traza medible o analizable. Cómo ha sido manipulado, las máquinas que se han empleado al fabricarlo o la forma de embalaje repercuten en la calidad final (reconocida por certificaciones como la ISO 9001:2015). Para conocer su trazabilidad, deben ir siguiéndose y registrándose esos procesos.
La trazabilidad en las empresas de logística
El seguimiento de los envíos es, principalmente, la parte que les toca a las empresas de transporte en este proceso. Imprescindible por dos razones: para el propio funcionamiento interno de la agencia y para mantener a los clientes informados. Ahora es un proceso cada vez menos manual y más automatizado.
Hoy en día hay herramientas para el seguimiento de flotas por GPS, la digitalización de albaranes y softwares para la comunicación entre empleados. Estas y otras tantas hacen el seguimiento de cada estado de la entrega mucho más preciso. Y rara es la empresa de logística actual que no disponga de un portal online, donde el cliente pueda ver la trazabilidad de su paquete.
Sin embargo, es frecuente que las empresas de transporte subcontraten a otras para algunos pasos de la entrega. El 90 % de esos operadores para cortas distancias no están actualizados en cuanto a tecnologías de seguimiento.
Los tipos de trazabilidad en empresas de logística
Para concluir, es importante mencionar que este proceso puede ser de varios tipos. La trazabilidad hacia adelante es la propia del producto que va del punto A (almacén, tienda…) al punto B (consumidor final, comercio minorista…). Mientras que la trazabilidad inversa implica desglosar el seguimiento hacia atrás. Es decir, ir identificando los pasos previos: los suministradores, la procedencia de los productos, fabricantes, componentes y materias primas.
A su vez, existe la trazabilidad interna, que abarca el seguimiento del producto y sus cambios dentro de una empresa. Hasta que pasa al siguiente eslabón. Y la trazabilidad externa, que agruparía los cambios que el producto va registrando desde que parte de la empresa, en su camino hacia el consumidor final.
¿Cuál será el futuro de la trazabilidad en las empresas de transporte? Sin duda, la digitalización la hará más fácil.