El transporte marítimo ha acaparado más importancia en los últimos años, hasta el punto de que casi el 90 % del transporte mundial se basa en esta modalidad. Grosso modo, es tal el crecimiento que para el año 2050 se espera que la cifra de toneladas-milla transportadas anualmente alcance los 300 000 millones.
Esta cifra podría no significar mucho, pero solo hay que mirar al pasado para captar su importancia. Entre 1968 y 2008, la cifra pasó de 8000 millones de toneladas-milla a 32 000 millones. Pero nada comparado con lo que se espera desde 2021 a 2050.
Con este panorama, el transporte internacional de mercancías por vía marítima aún tiene mucho que crecer, aunque por el camino se encuentre con importantes obstáculos como las crisis financieras o la actual pandemia de covid-19.
Retos del transporte internacional de mercancías
En un segmento en continua evolución, los retos que se antojan son muy exigentes. Aquí se describen algunos de ellos.
La nueva normalidad
No es posible comenzar una lista de retos sin fijarse en lo que hoy resulta acuciante: una reducción del comercio global marítimo en algo más del 4 % solamente en un año, 2020 y cientos de black sailings o viajes cancelados. Especialmente, aquellos que tienen rutas de origen o destino en China y otros países vecinos.
El reto tras la covid es, sin duda, un efecto de «montaña rusa» y una recuperación hasta lograr un 2021 con un crecimiento del 4,1 %.
Puertos automatizados
Una mejor y más automatizada operación en los puertos es clave para garantizar a las empresas transportadoras que muevan la mercancía, esta sea retirada y se agilice cualquier otro movimiento.
Futuro sostenible
Uno de los retos principales de la industria marítima es alinear sus procesos con las estrategias sobre la reducción de emisiones contaminantes al medio ambiente. En este sentido, los buques son generadores de emisiones contaminantes.
Para ello, es importante considerar el uso de combustibles alternativos, como biocombustibles o hidrógeno, además de fuentes limpias de energía, como la solar o la eólica. La descarbonización del transporte debe ser una realidad.
Más oferta que demanda
En los últimos años, la capacidad de transporte marítimo se ha disparado y hoy se perciben las consecuencias de ello. La recesión global implicó la quiebra de empresas, la evolución digital y un menor ritmo de uso de contenedores. No se espera un colapso del transporte, pero sí una evolución lenta hacia un equilibrio entre la oferta y la demanda.
Rapidez y agilidad de las empresas de transporte
Aquellos procesos digitales que permitan mayor rapidez serán la clave para los puertos que deseen perdurar. El tiempo es dinero, y hoy se cuida mucho más. El tiempo de manejo se ha reducido considerablemente en los últimos años, pero quedan muchas tareas pendientes.
El transporte marítimo es vital para una empresa de transporte. Por ello, los retos a los que se enfrenta todo el sector hacen que el futuro sea más apasionante, a la vez que difícil. El éxito será alcanzable para los que se adapten más rápidamente a un mundo tan cambiante.