El mundo se encuentra sumido en una de las mayores crisis sanitarias, económicas y sociales de la historia, lo que está tensionando las capacidades de adaptación y supervivencia de un gran número de empresas y organizaciones. ¿Cómo ha hecho frente el Grupo Moldtrans a esta inédita situación?
El mundo sufre crisis con más regularidad de lo que nos parece, si bien es cierto que esta es diferente y tal vez nos ha cogido con el pie cambiado. La naturaleza nos ha enseñado que no somos el animal superior e indestructible que se había pensado. Somos vulnerables, esa es la primera gran lección.
Nadie se había preparado para algo como lo que nos está sucediendo. Esto es realmente un entorno VUCA que se estudiará en todas las universidades y escuelas de negocios durante muchos años, donde la incertidumbre se ha convertido en un factor predominante, la ambigüedad está muy presente y la volatilidad y complejidad son las de toda crisis.
En el Grupo Moldtrans estamos haciendo frente con nuestras mejores armas, positivismo y compromiso de todos los que componemos la organización. Por supuesto también con una gran dosis de realismo y afrontando la situación con calma, pues el catastrofismo, que parece haberse adueñado de nuestro mundo, no aporta nada.
Debo destacar la implicación de todas las personas de la organización, aceptando lo excepcional de la situación y poniendo lo mejor de cada cual para salir de esta lo antes posible y de la forma más favorable. Como escribí en nuestro último MOLDNEWS, hay muchos héroes en nuestra sociedad, visibles o invisibles, y en nuestro Grupo yo conozco a muchos.
De todas las decisiones tomadas en el seno del Grupo Moldtrans en los últimos seis meses, ¿cuál ha sido la decisión más difícil de adoptar? ¿Qué decisión consideras que ha sido la más acertada?
Han sido muchas y muy difíciles las decisiones que hemos debido tomar y que seguimos tomando día a día. La más difícil fue plantear el ERTE. Se hizo con el firme propósito de minimizar el impacto en todo el equipo y con la decidida voluntad de salvaguardar la continuidad del negocio y de todos los puestos de trabajo. Seguramente también fue la más acertada, porque la evolución está siendo correcta y hoy estamos fuera del ERTE en un altísimo porcentaje.
El actual contexto provocado por la COVID-19 ha obligado a adoptar nuevas formas relacionarnos, de trabajar, de comprar, etc. ¿Qué procedimientos, herramientas o nuevas formas de operar o trabajar implementadas en las empresas del Grupo Moldtrans consideras que podrían haber llegado para quedarse?
En este sentido todo ha cambiado muchísimo. De forma abrupta, y sin transición, hemos pasado de la gran proximidad mediterránea que nos caracteriza (besos, abrazos, contacto, cercanía, presencialidad…) a una frialdad relacional impropia de nuestra cultura.
En el Grupo Moldtrans hemos hecho una firme apuesta por mantener, dentro de lo posible, la cercanía con nuestros clientes y colaboradores. Esa “cercanía”, que en muchas ocasiones no puede ser física, la estamos llevando a cabo por todos los medios de comunicación a nuestro alcance, habiendo reforzado muy especialmente las videoconferencias, que nos permiten una sensación de proximidad dentro de la virtualidad del medio.
Hay algunas cosas que han llegado para quedarse, pero en las relaciones personales estoy convencido que, en cuanto todo esto pase, volveremos poco a poco a esa cercanía personal que está en nuestro acervo cultural.
Actualmente asistimos a una “segunda oleada” de casos de COVID-19, ¿Con qué “armas” se enfrenta el Grupo Moldtrans a esta nueva oleada y sus posibles consecuencias?
No hay más arma que el sentido común y la prudencia, que no el pánico.
Seguimos escrupulosamente las indicaciones de las autoridades sanitarias, reforzando medidas preventivas y de higiene que nos permitan evitar el contagio y la propagación del virus. No debemos dar la espalda a la realidad; es previsible que este otoño la pandemia se recrudezca y hay que aprender a convivir con esta situación.
Todos debemos colaborar en minimizar el impacto a nivel sanitario, social y económico. Somos una sociedad avanzada y, pese a lamentables excepciones, tenemos una conciencia colectiva fuerte que nos ayudará a salir de esta.
Partimos de la notable dificultad para adoptar decisiones en el actual contexto. Así y todo, ¿podrías indicarnos qué circunstancias, medidas o políticas consideras deberían de ser adoptadas para asegurar la viabilidad económica del mayor número de empresas de nuestro país?
Esta es la respuesta que busca todo el mundo y nadie tiene. Paradójicamente pienso que es más fácil saber lo que no hay que hacer. No hostigar a las empresas, especialmente a las pymes y autónomos, no aumentar la presión impositiva sobre los ciudadanos y no transmitir incertidumbre sobre el futuro.
Dicho esto, sinceramente creo que la clase política no piensa como yo.
Desde mi humilde punto de vista, debemos garantizar la continuidad de las empresas y autónomos, pues son los que garantizan el empleo y a la larga el bienestar de una sociedad. No creo tanto en los subsidios como en las ayudas encaminadas a que la actividad no se detenga. Supresión o rebaja de impuestos directos, moratorias en pagos a la SS, créditos blandos y por supuesto estímulo a la contratación, pues en muchos casos se hace excesivo énfasis en bloquear el despido, lo que consigue el efecto contrario, pues el miedo y la rigidez impiden la creación de empleo.
Hay quien dice que “¡Hasta de las peores experiencias se pueden obtener buenas enseñanzas!”. ¿Cuál es la principal “lección” aprendida fruto de las experiencias vividas durante los últimos meses?
Leí en cierta ocasión que la filosofía Taoísta dice que hay que saber sacar lo mejor de lo peor y lo peor de lo mejor. La principal lección que todos debemos haber aprendido es que somos vulnerables. Tenemos la obligación de cuidarnos como seres humanos, de ser solidarios y respetar el orden natural.
Hay mucha gente que tiene sobrados motivos para el lamento, pero es muy decepcionante oír a gente quejarse de lo mal que está todo cuando no ha sufrido daños personales, conserva el empleo y “únicamente” ha visto algo limitadas sus libertades o comodidades.
Hay algo que tengo muy claro: si nos dedicáramos a buscar soluciones la mitad del tiempo que dedicamos a quejarnos, todo iría mucho mejor.
Es difícil predecir el futuro, por lo que te pedimos un esfuerzo extra… ¿Cómo ves al Grupo Moldtrans dentro de un año? ¿Y de cinco?
El tiempo es relativo, ahora más que nunca. Hace 100 años prever lo que sucedería años después era más o menos posible. Ahora es difícil pronosticar incluso lo que sucederá mañana.
Creo (y deseo) que el Grupo Moldtrans dentro de un año seguirá en la línea que nos marcamos desde los inicios, creando valor añadido para nuestros clientes, bienestar para las personas que pertenecemos al mismo y generando contribución positiva a la sociedad.
¿Y dentro de 5 años? Estoy convencido que en un lustro el Grupo Moldtrans seguirá creciendo, consolidándose como un grupo logístico de referencia y, por supuesto, manteniendo los valores que nos caracterizan: honestidad, proximidad, compromiso, innovación, trabajo en equipo y una clara responsabilidad social.
Si te concedieran tres deseos… ¿Qué pedirías?
No seamos avariciosos y pidamos solo uno: salud.
