Muchas son las ocasiones en las que es necesario combinar más de un tipo de medio –transporte marítimo, aéreo, por ferrocarril o por carretera- para hacer llegar la mercancía desde el lugar de origen hasta el cliente final. Con el transporte internacional multimodal se garantiza tanto la rapidez como la eficacia del transbordo. Todo ello, mediante un único contrato de transporte MTO emitido por el operador correspondiente (OTM). En la práctica, son los transitarios los que asumen esta responsabilidad en calidad de porteadores.
A diferencia de los viajes convencionales, con esta modalidad de transporte internacional de mercancías las empresas pueden transbordar todo tipo de mercancías sin ruptura de carga. No obstante, es conveniente conocer de antemano algunos aspectos, como la capacidad de carga, para adecuar la mercancía a las distintas zonas de recorrido del transporte. Así, la mercancía que se transporte en un buque de carga, no se podrá trasladar en un solo camión completo sino en varios. En este sentido, los contenedores permiten realizar el cambio sin la manipulación de las mercancías contenidas en ellos. La planificación en este punto es clave para minimizar costes y riesgos.
Asimismo, esta modalidad solo requiere un contrato único: el FCT o FBL. Dependiendo del medio elegido, será necesario emitir un FIATA certificate transport –para transporte terrestre, ferroviario o aéreo- o un FIATA bill of lading –cuando es marítimo-. Además, existen otros documentos para el transporte internacional multimodal, como el FCR o certificado de recepción, el FWR o recibo de almacenaje y el SDT para la declaración de mercancía peligrosa.
En resumen, el transporte de mercancías multimodal reduce tiempos de carga y descarga, así como de estiba y colocación. Disminuye el coste del transporte -al articular la combinación más adecuada-, elimina controles aduaneros por el sistema de precinto y permite un mejor seguimiento y garantía de la mercancía. Un aliado perfecto para el transbordo directo y seguro.