A la hora de transportar mercancía es muy importante que esta llegue en perfectas condiciones a su destino final para que tanto el emisor como el receptor queden contentos con el servicio. Ya sea por tierra, mar o aire, todos los paquetes deben estar bien protegidos y colocados para que no se dañen durante el trayecto ni sufran desperfectos.
A continuación, se detalla una serie de recomendaciones que van en esa línea de lograr un transporte exitoso de cualquier tipo de producto o material. Pero, antes, se debe recordar que lo primero es elegir una buena compañía experimentada y profesional que preste estos servicios con garantía, seguridad y calidad.
Pruebas previas, indicadores y sellado
Uno de los consejos más importantes se debe seguir antes de que comience el servicio continuo con la empresa de transporte. Los envíos de prueba previos son fundamentales para comprobar el buen funcionamiento del servicio, con todo lo que ello conlleva. Desde el excelente embalaje hasta la llegada de las mercancías a su destino, pasando por capacidades de pesos y volúmenes soportados.
Por otro lado, la disponibilidad de indicadores de impacto, fugas, vibraciones o inclinación de las cajas es un magnífico recurso. Los dispositivos conectados a esos paquetes permiten verificar en todo momento si aparece algún problema que pueda dañarlos.
Otro elemento imprescindible en todo transporte es el sellado con cinta de plástico resistente, que asegure que cada caja queda bien cerrada. Así no entran ni olores ni humedades del exterior, aunque para este objetivo también es muy recomendable cubrir los productos con materiales protectores que aseguren la amortiguación e incluso soporten presiones.
Conocimientos de corte y efecto boomerang
Relacionado igualmente con la protección del paquete, es importante que todo trabajador (sea un transportista o un operario de almacén) sepa dónde puede y no puede cortar. Las instrucciones de apertura deben estar claras en ese sentido. A la hora de manipular cada caja no pueden ocasionarse cortes, rasguños o rasgaduras que perjudiquen a su contenido.
También se debe barajar la posibilidad de que se dé un efecto boomerang, es decir, la devolución del producto por parte de su destinatario. En este proceso, los transportes tampoco pueden dañarlo, así que lo más aconsejable es utilizar los embalajes originales siempre, aptos para su reutilización. Así, el cliente puede abrir el paquete sin dañarlo demasiado.
Los espacios vacíos en el transporte
Los cálculos de disponibilidad de carga en un vehículo o contenedor deben tenerse en cuenta, porque los espacios vacíos pueden suponer un problema. Lo mejor es tener bien medido ese espacio para organizar las mercancías de modo que no queden huecos libres y, si quedan, rellenarlos. Así se evitan golpes, desplazamientos o choques de las cajas.
Otros consejos pasan por escoger palets y contenedores de calidad, así como comprobar su buen estado, especialmente si son para transportes marítimos. Inspeccionar los paquetes nada más recibirlos es también importante.
En definitiva, siguiendo estas recomendaciones y otras específicas de cada tipo de mercancía, esta debería llegar a su destino sin dañarse.