Las mercancías ADR poseen un tratamiento legislativo diferenciado. En otras palabras, se trata de un conjunto de productos para cuyo transporte es necesario atender a determinadas reglas especiales. Conocerlas resulta indispensable dentro del marco de la logística y del transporte. En caso contrario, es posible caer en incumplimientos de lo establecido en los tratados internacionales aprobados para tal efecto.
¿Qué es una mercancía ADR?
Para entender porqué las mercancías ADR requieren de una legislación diferente para su transporte, es importante entender qué es el ADR. Así pues, las mercancías ADR son aquellas que se consideran mercancías peligrosas debido a su naturaleza, como sustancias químicas, gases, explosivos, etc. En el transporte de mercancías peligrosas, el ADR especifica como deben ser etiquetadas, embaladas y transportadas de manera segura, algo que las empresas de transporte dedicadas al transporte de mercancías peligrosas deben conocer con todo detalle.
Qué es el acuerdo de transporte ADR
El acuerdo de transporte ADR (Accord Relatif au Transport des Marchandises Dangereuses par Route) es, como su propio nombre indica en francés, un acuerdo con respecto al transporte de mercancías peligrosas.
Es decir, como tal, se trata de un conjunto de normas que tratan de establecer cómo han de transportarse determinado conjunto de mercancías por carretera. Así, aunque entró en vigor en 1968, ha sido actualizado en numerosas ocasiones, la última en enero de 2021.
La intención de la última actualización es que el acuerdo deje de tener una aplicación exclusivamente europea y pase a ser global. En esa línea, se insta a las Naciones Unidas a que lo materialice dentro del marco de los objetivos del milenio para el desarrollo sostenible.
ADR frente al RID
Quizá, una de las claves esenciales para entender el marco de aplicación del ADR reside en compararlo con el RID.
Se parte de la idea de que las mercancías peligrosas pueden ser transportadas de multitud de formas distintas. En este sentido, no es lo mismo tal transporte en avión, barco, carretera o ferrocarril.
Comprendido esto, no resulta difícil aceptar que cada uno de estos medios sea legislado considerando sus particularidades. Es aquí donde entra en juego la diferencia entre el ADR y el RID. Mientras que el primero tiene como ámbito de aplicación el transporte por carretera, el segundo se centra en los ferrocarriles.
Clasificación de las distintas mercancías peligrosas
Uno de los puntos que dotan de mayor importancia al acuerdo que se está presentando aquí es la clasificación de mercancías peligrosas que introduce.
Así, en atención a ella, se habla de diferentes tipos de productos y del tratamiento legal que cada uno de ellos ha de recibir. De esta manera, se aplican diferentes niveles y medidas de seguridad a cada uno de ellos, teniendo en cuenta sus características.
Así, existen las siguientes clases de productos de riesgo:
- Clase 1: materias y objetos peligrosos, como materiales pirotécnicos y explosivos.
- Clase 2: gases generadores de aerosoles.
- Clase 3: todo tipo líquidos inflamables susceptibles de prenderse.
- Clase 4: materias sólidas inflamables o que desprenden gases inflamables.
- Clase 5: materiales comburentes y peróxidos orgánicos.
- Clase 6: materias que son tóxicas o infecciosas para el ser humano aun en pequeñas dosis.
- Clase 7: materias radioactivas.
- Clase 8: materias corrosivas.
- Clase 9: materias y objetos peligrosos que lo son aunque no hayan sido contemplados en las categorías anteriores.
En conclusión, ya ha podido verse de qué manera las mercancías ADR son especiales y se diferencian del resto. Solo con un conocimiento claro y conciso de las normas a aplicar pueden llevarse a cabo las tareas de logística de manera legal, segura y optimizada.