Empresas de logística, transporte de mercancías e infraestructuras. Tres piezas fundamentales para el engranaje de la economía mundial. La consolidación de la recuperación económica en España, los esperanzadores pero insuficientes datos sobre la tasa de paro y la cifra récord de turistas en nuestro país, contrastan con tres factores geopolíticos mundiales. La situación política en algunas áreas del Magreb y Oriente Medio que puede desestabilizar las rutas marítimas del Mediterráneo, las consecuencias imprevisibles de la futura salida del Reino Unido de la Unión Europea y las políticas proteccionistas anunciadas por el nuevo presidente de los Estados Unidos.
Ante este escenario, los informes sobre el transporte mundial, en concreto, el marítimo y de mercancías de 2016 y las previsiones para este año reflejan números positivos, pero con crecimientos mediocres. En este sentido, según datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), el año pasado, el comercio internacional creció un 1,7 % y las estimaciones para todo 2017 oscilan entre el 1,8 % y el 3,1 %, lejos de la previsión inicial del 3,8 %.
Competencia y concentración
Actualmente, el transporte marítimo representa el 90 % de las operaciones comerciales del mundo. El exceso en la capacidad de carga ha provocado un descenso de tarifas en las grandes rutas transoceánicas de transporte internacional. La competencia en el sector afecta a los márgenes de compañías navieras, astilleros y puertos.
El 2016 ha pasado a la historia por ser el año de la concentración de las agencias de transporte y operadoras marítimas y los inicios de 2017 apuntan hacia la consolidación de una tendencia de reducir costes, fijar precios y presionar al resto de actores económicos. Otro factor clave para entender la actual coyuntura es el empleo de plataformas electrónicas para consultar cotizaciones al minuto, localizar un producto concreto durante el viaje de la mercancía, reducir la carga administrativa y simplificar los procedimientos aduaneros puertos.