Un contenedor es un recipiente que sirve para albergar las cargas del transporte de mercancías (generalmente, transporte internacional): tanto transporte marítimo como transporte terrestre. Las capacidades y condiciones de los contenedores permiten que, en su interior, pueda caber la mercancía de, por ejemplo, un camión completo.
Por lo que respecta a los contenedores, cabe reseñar que pueden tener distintas combinaciones de formas y capacidades. Estas combinaciones se relacionan, por lo general, con los usos que se les dan.
El Dry Van es el contenedor convencional y se utiliza, sin refrigeración de por medio, para transportar cualquier carga seca normal (pallets, cajas, bolsas, tambores…). Está disponible en dimensiones de 20 y 40 pies. La categoría High Cube, por su parte, facilita un aumento del 13% de la capacidad cúbica interna y se destina a las cargas más pesadas (carbón, tabaco, etc.). Estas categorías se extrapolan a otros modelos de contenedores.
Los contenedores Reefer destacan por su refrigeración y tienen un equipo propio que la genera. Mantienen la mercancía (sobre todo, alimentos) a temperaturas que oscilan alrededor de los cero grados.
Los insulados Phortole o Conair no cuentan con este equipo generador de frío. Conservan la carga (especialmente, frutas) a una temperatura constante. El modelo Clip On, por otro lado, favorece, mediante un equipo auxiliar, el mantenimiento del frío en los traslados de puerta a puerta.
Para ciertas cargas, sobresale el formato Open Top, que, con su techo removible de lona, facilita el transporte de cargas voluminosas. Con el mismo objetivo, se dispone también del Flat Rack, el cual carece de puertas laterales. El granelero se revela como otro modelo específico, con sus tomas superiores para la descarga por precipitación. Tampoco se puede obviar el Tanque, útil para el desplazamiento de líquidos.
En definitiva, distintos formatos de contenedores, los cuales se adaptan a las necesidades del transporte de mercancías.