La agilidad y los cortos tiempos de tránsito a los que estamos acostumbrados cuando utilizamos los servicios de transporte internacional de mercancías, representa algo tan normalizado que parece que siempre hubiera sido así. Pero, hace poco más de un siglo, los antiguos contenedores de mercancía podían tardar varios meses en llegar a su destino a través del transporte marítimo. El desarrollo de la aviación ha sido fundamental para conseguir la situación privilegiada de la actualidad.
La historia del transporte aéreo de mercancías se remonta a 1700, cuando se inventó el globo aerostático y, posteriormente, se desarrollaron los destinados a transportar pasajeros empleando hidrógeno como principal combustible. Los hermanos Montgolfier fueron sus inventores y constituyó el único medio para surcar los cielos durante dos siglos más.
Ya en el XX, los hermanos Wright consiguieron realizar su primer vuelo dentro de Estados Unidos a pesar de que tuvieron que recurrir a una catapulta para lograr que su aparato despegara. En 1906, el inventor rumano Traian Vuia creó, y logró que volara, el primer avión autopropulsado más pesado que el aire.
El siguiente paso en la evolución histórica del transporte aéreo se produjo gracias al desarrollo consolidado de los aviones de hélice y los helicópteros en la Segunda Guerra Mundial, que habían surgido directamente durante la primera contienda. Hoy día, estos siguen constituyendo un eficaz medio de transporte para las distancias cortas. Fue durante la segunda mitad del siglo pasado cuando despegó por completo el desarrollo de las aeronaves; la industria consiguió fabricar aviones tan rápidos como la velocidad del sonido, caso de los famosos Concorde y Boeing 747.
El repaso a la evolución que han sufrido los medios de transporte aéreos en más de un siglo no solo supone el retrato del desarrollo tecnológico que la ha hecho posible; también representa el progreso tecnológico que ha experimentado la sociedad, sobre todo en beneficio del transporte de mercancías y pasajeros