Dado el imparable crecimiento del uso del contenedor como herramienta para el transporte marítimo, se han creado sistemas de control que incluyen la codificación de dichos contenedores. La búsqueda de métodos de registro y codificación se da también en el transporte terrestre y transporte de mercancías, en general, tanto si lo que se transporta es un camión completo o un “container” por vía terrestre. En líneas generales, se intenta mantener un mejor control y ofrecer mayor seguridad.
En el transporte marítimo internacional, todos los contenedores que transiten por aguas internacionales deben registrarse en el BIC (Bureau International du Container). Esta institución, con sede en París, dota de un código a cada contenedor. El sistema de codificación se compone de varios códigos, que permiten conocer su origen, el propietario y el tipo de contenedor (térmico, cerrado o ventilado, etc.)
Según la ISO 2716, norma internacional, el código de contenedor ISO debe contener los siguientes datos: un código del propietario, un número de serie, un dígito de autocontrol y los códigos de país de origen y dimensiones. Los tres primeros datos indicados son obligatorios, el código de origen es opcional e indica el lugar donde fue registrado el contenedor y el código de dimensiones se compone de cuatro dígitos (los dos primeros se refieren a sus dimensiones, en cuanto a longitud y altura y los dos restantes se refieren al tipo de contenedor). El código completo tiene once dígitos en sistema alfanumérico. Las primeras tres letras las asigna el BIC y se refieren al propietario. A estas se le agrega una cuarta, que puede ser U, J o Z. Además, de manera obligatoria, todos los contenedores deben tener dos marcas: la masa bruta máxima y la tara.
Con todos estos datos, es posible obtener la información necesaria para el correcto transporte de los contenedores, información de rigor para todo el transporte y la logística.
