El transporte de mercancías supone una de las partidas que más engorda la cuenta de resultados. Así, gestionar mejor los costes de fletes es una prioridad para muchas empresas. En este sentido, la aplicación de estrategias de eficacia probada ayudan a ahorrar dinero. Seguidamente, se indican tres actuaciones recomendables para minimizar el impacto de la logística en la contabilidad.
1. Programar la entrega para que coincida con las opciones de envío menos costosas
Al establecer una fecha de entrega con la suficiente holgura es posible optar por el transporte marítimo en lugar del transporte aéreo. Esto mantiene los costes de transporte en condiciones razonables. Además, cuando los transportistas envían sus mercancías por vía aérea, a menudo pagan una prima por el servicio rápido. Planificar con antelación permite aprovechar las tarifas, más competitivas, del transporte marítimo. Por otro lado, favorece un mayor margen en la negociación.
2. Elegir proveedores extranjeros con cuidado
Las condiciones establecidas por el Incoterm Ex Works (EWC) son una pieza fundamental de todos los envíos internacionales de carga. El término se refiere al precio por el cual un vendedor, el proveedor o fabricante, pone los bienes a disposición del comprador y los costes asociados. Estos costes pueden ampliarse cuando se aplican tasas y tarifas arancelarias.
Comprender el término EWC y sus condiciones puede ser un dolor de cabeza para los transportistas. Se requieren años de experiencia en el desarrollo de soluciones para la cadena de suministro para elegir la mejor configuración.
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En general, el precio cotizado más bajo puede no dar como resultado un menor coste. Un transportista que cotiza un precio básico, pero que no explica todos los costes involucrados en el envío, es posible que emita una factura más alta de lo previsto. La relación entre un cargador y un transportista debe ser de colaboración. La selección e investigación adecuadas de posibles socios dará como resultado una mejor experiencia general tanto en el extranjero como a nivel local o nacional.
3. Minimizar la huella del producto
Un embalaje eficiente puede reducir la cantidad de espacio y el peso que ocupa un producto en un avión o en un contenedor de barco. Para las empresas de transporte, el espacio es el bien más preciado. Cuando se reduce el embalaje a los elementos mínimos indispensables, la carga ocupa menos espacio, lo que permite una gestión de costes de transporte más eficiente.
Aunque es imprescindible cumplir con algunos requisitos básicos y ciertas prácticas para asegurar el producto para el envío, un diseño más inteligente del packing puede ayudar a que la cadena de suministro alcance su estado más eficiente.
Asimismo, menos embalaje es mucho mejor para el medio ambiente. Se necesita menos material y se eliminan residuos desperdicios. Se puede pagar menos y contribuir a reducir el impacto de la empresa en el ecosistema.
Por último, y teniendo en cuenta que el transporte de mercancías internacional ofrece diferentes tipos de colaboración, puede ser una buena idea asociarse con un partner logístico integral. Esta clase de iniciativas asesoran a sus clientes en cada fase del tránsito de sus mercancías. Y gestionan su cadena de suministro de manera eficiente para minimizar los costes de transporte.